Se estiró en la silla con un gran bostezo. La cortina bailaba con el viento y sus ganas de mirar por la ventana la hicieron levantarse, dando un salto poco ágil y tirando la silla a la vez. Observó la silla en el suelo, sintió el aire que le acariciaba la nuca y todo dejó… Sigue leyendo Todos los días igual.